Las últimas semanas han estado llenas de muchas celebraciones, incluyendo la instalación de Monseñor Bernard Hebda, las ordenaciones de 9 diáconos transitorios y 9 nuevos sacerdotes. El sábado pasado también tuvimos una celebración más pequeña pero muy importante, el Día Mundial del Matrimonio en la Catedral de St. Paul. En esta celebración honramos a muchas parejas que vinieron a celebrar aniversarios importantes como los 25 o 50 años y ¡4 parejas que han estado casadas por más de 70 años.
A menudo hablamos sobre una crisis de vocaciones en nuestra Iglesia, y creo que tenemos una crisis de vocación. Se trata de una crisis en la vocación del matrimonio. No sólo debido a los problemas de muchos matrimonios y a que nuestra sociedad no entiende lo que es el matrimonio, sino también porque muchos de nuestros jóvenes hoy están optando por no casarse, mucho menos consideran el matrimonio sacramental en la Iglesia. Si usted platica con nuestros sacerdotes descubrirá que el número de matrimonios ha disminuido en todas las parroquias.
Esta es una crisis que va a tener un profundo impacto en nuestro futuro. Una sólida cultura del matrimonio es esencial para la vida familiar que permitirá que nuestros jóvenes crezcan en la estabilidad de saberse amados. La familia es el mejor entorno para la transmisión de la fe. Si los jóvenes optan por no casarse, no sólo nuestra Iglesia, sino nuestra cultura enfrentaran muchas dificultades en el futuro.
Esta es la razón por la que el Papa Francisco convocó dos sínodos para la familia y recientemente escribió una hermosa exhortación apostólica sobre el matrimonio y la familia llamada “La Alegría del Amor.” En el estilo típico del Papa Francisco este documento está lleno de sabiduría práctica y un entendimiento profundo dentro del amor de Dios y el amor de las familias. Les animo a leer este documento. Los escritos del Papa Francisco son muy fáciles de leer y si sólo lee los resúmenes que se publican en la prensa, obtendrá una comprensión muy desequilibrada de lo que está diciendo el Papa Francisco. Algunos han argumentado que el Papa Francisco considera que se debe cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio con el fin de dar cabida a lo que nuestra cultura piensa acerca del matrimonio. Esta es la manera de conseguir que más gente entre en el sacramento del matrimonio. Nada podría estar más lejos de lo que dice el Papa Francisco, “con el fin de evitar cualquier malentendido, me gustaría señalar que de ninguna manera la Iglesia debe de desistir en proponer el ideal del matrimonio, el plan de Dios en toda su grandeza…. La tibieza, cualquier forma de relativismo, o un excesivo respeto a la hora de proponerlo, serían una falta de fidelidad al Evangelio y también una falta de amor de la Iglesia hacia los mismos jóvenes. Comprender las situaciones excepcionales nunca implica ocultar la luz del ideal más pleno ni proponer menos que lo que Jesús ofrece al ser humano. Hoy, más importante que una pastoral de los fracasos es el esfuerzo pastoral para consolidar los matrimonios y así prevenir las rupturas. (“Amoris Laetitia,” 307).
Dicho esto, también es cierto que el Papa Francisco también quiere que la Iglesia muestre comprensión y amor para todos los que luchan en vivir las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio. Él cree que es posible mantener ese alto ideal y todavía tener compasión de aquellos que luchan. Después de todo, esto es lo que Jesús siempre hizo. Jesús siempre decía la verdad y nos ha llamado a la verdad del amor, pero también reveló ese amor misericordioso hacia los pecadores.
El Papa Francisco nos invita a reconocer que la misericordia de Dios nos anima a caminar con aquellos que no están viviendo las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio, ya que están en el camino hacia el pleno significado de lo que es el matrimonio. Por lo tanto, aquellos que vienen a la Iglesia en situaciones irregulares deben encontrar un oído que escucha y un corazón en discernimiento para tratar de ayudarles a ser más y más abiertos al amor misericordioso y fiel de Dios.
A la luz de la enseñanza del Papa Francisco y en esta gran crisis de vocaciones con la que nos enfrentamos, me gustaría animarlos a que pongan en práctica un elemento de acción. ¿No sería maravilloso que las personas de nuestra Iglesia que están viviendo el sacramento del matrimonio con plena fidelidad, traten de llegar a los que tienen problemas? ¿Y qué pasaría si pudiéramos llegar a ellos de una manera que muestre misericordia y comprensión?
El Papa Francisco habla constantemente acerca del acompañamiento en el proceso de evangelización. ¿Usted conoce a alguien que actualmente no está viviendo plenamente su fe católica a quien podría acompañar hacia la plenitud, mostrándole amor a través de la paciencia, la comprensión y la misericordia? Quizás, una vez que hemos demostrado nuestro amor por ellos y que los hemos valorado, entonces Dios proporcionará la oportunidad de compartir gentilmente con ellos la belleza del amor conyugal. El matrimonio está destinado a reflejar el amor de Cristo por su Iglesia. Vamos a tratar de reflejar la misericordia de Cristo, que se acercó a los débiles y a los desvalidos.
Al experimentar esta misericordia, tal vez algunos estarán abiertos al amor fiel y duradero del matrimonio. Sólo este amor concuerda plenamente con la verdad del corazón humano y el Evangelio nos muestra que cuando las personas experimentan misericordia, a menudo se abren a la plena verdad de ser quienes están llamados a ser.